Justo en ese momento, todo se le transformaba en sabor amargo, -¿qué ha pasado?-, sólo ha faltado un giro de 180º y todo se ha vuelto gris y negro, negro o gris, una loza se cierne sobre su cabeza y la machaca otra vez, el miedo paraliza, los sentimientos paralizan, la indecisión le paraliza, las contradicciones le siguen paralizando....
Después de recibir la plenitud máxima en los días junto a sus montañas violáceas, pensaba que el mundo se le arrodillaba a sus pies y le ofrecía sólo bondades. Después de tanto tanto, pasaba a la nada.
Vacío se instalaba otra vez en su corazón.
Vértigo se acomodaba al mirar hacia el precipicio por el que no quería deslizarse una vez más.
Pensamientos nocivos habitaban en su cabeza sin querer desalojar.
Confusión rondaba su instinto, para no garantizarle claridad.
Fuerzas resurgían para luchar y no caer, para no entrar y cruzar el desierto otra vez.
Deseos de vencer y salir indemne de la lucha.
-¡¡¡¡Gratitud y aceptación!!!!- susurraba aferrada.
BOH!!
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