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martes, mayo 25

Florecidos jacarandas


Nuevos mundos nos abren la puerta de par en par a nuevos sentidos por descubrir. Nuevos mundos nos esperan a la vuelta de la esquina, todos de sorprendentes y diferentes colores, todos de diferentes tonos y matices.

La semana se le fue en un soplo, o al menos así lo sintió. Volaron los minutos fugaz e intensamente, como todas las buenas cosas que nos trae la vida, pasan rápido, sí, pero permanece un sabor intenso que nunca puedes olvidar, siguen saboreándose en el presente y perduran en nuestro paladar.   

Aquella semana se presentó con dos lindos jacarandas importados directamente desde la misma Argentina, que le trajeron sabiduría terrenal de pura supervivencia. Historias de trotamundos con los bolsillos cargados de tesoros conseguidos a golpe de suerte y de quererse tragar la vida a sorbos bien digeridos. Aprendió que todo es posible y que sólo hacen falta las ganas y la voluntad, que los sueños están ahí para ser soñados, primero y vividos, luego. La puesta de sol llegó desde un balcón privilegiado de la vida, en donde flotaba el agradable frescor de los momentos reposados y relajados.

Aquella semana también le regaló algo muy importante. Llegó, gracias al viento del norte que soplaba desde las mismísimas cristalinas cumbres alpinas, una dulce y agradable brisa que le coloreó de violeta su mundo. Se deslizó ante ella delicadamente, una alfombra con esas mismas flores violáceas esparcidas por todo lo largo y ancho y por  la cual ella empezó a andar, sin miedo. Recorrió cada recodo, cada rincón, cada esquina y cada montículo de su cima, disfrutando del placer infinito y absoluto del saber disfrutar de los sabores intensos y plácidos que la vida, a veces, nos ofrece. Sintió su especial y plena conexión casi de manera repentina, bastó sólo un instante para darse cuenta de que sus vidas se habían imantado, justo por el mismo punto. El violáceo nuevo alba se manifestó con un perfecto amanecer y así se despidieron.


Su sol ahora brillaba con más intensidad y vida, tal vez. Ahora en su jardín podría plantar jacarandas, por donde pasear dulcemente bajo un infinito manto violeta.

miércoles, mayo 19

La linterna de piedra

La mañana se presentó sin avisar, casi de repente amaneció el sol e iluminó. Bajo la tamizada luz de la estancia vacía, todo resultaba extraño, delicado, huidizo, producto de un mundo irreal que ha despertado del dulce y sutil mundo de los sueños oníricos. Algo ocurría en su isla interior, puede que ya no naufragase, así que trató de agarrarse muy, muy fuerte a su salvavidas, que casualmente le fue lanzado desde la cima de las montañas.

¡¡¡Cuántas cosas ocurren en un corto periodo de tiempo!!! No hace falta mucho, sólo un segundo y tu vida sufre un giro inmediato.

Sus ojos se mantenían abiertos, expectantes, curiosos...no querían cerrar, ni tan siquiera pestañear, no querían dormir, ni para descansar, como intuyendo de que algo extraordinario iba a acontecer y debían estar recepcionándolo todo, en alerta.

En medio del vacío de su cosmos, había un camino delimitado por sabias y pulidas rocas escogidas y depositadas allí tras el paso del tiempo. El camino conducía hacia una linterna de piedra colocada sobre una alfombra de hojas secas e inertes, la cual alumbraba asombrosamente su isla  y allí permanecía  iluminando toda la belleza de la imperfección inacabada de su frágil equilibrio.

Su isla estaba a salvo en su jardín. Sus ojos ya podrían descansar.


martes, mayo 4

Historia de un regalo sin regalar

Aquel presente que hubiera querido depositarlo en sus manos y que tendría que haber llegado a su destino, nunca llegó. Había sido adquirido filtrando gratitud, ilusiones y nuevos deseos para el nuevo año que comenzaba, algo así como hacer borrón y cuenta nueva.

Y como preludios del destino, es verdad que nada parte de cero, no existe un nuevo camino por comenzar, nada arranca desde la misma línea de salida, no existe borrón y cuenta nueva, no hay vuelta atrás.

Nuestros hechos vienen ya enlazados a otro pretérito, como otro eslabón que se queda unido irremediablemente al anterior eslabón de la cadena. El movimiento ya ha comenzado, sólo hay que continuar y seguir su baile encadenado de sombras y luces de la manera más coherente y sensata.

Con los ojos enrojecidos, comprendió,  enmudeció, pero reaccionó, aunque  la sensasión de vértigo volvió a invadirle una vez más. -¿¿Cuántas cosas dejamos por el camino!!-meditó.

Ahora trataría de pensar en qué hacer con el regalo sin dueño...