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lunes, marzo 28

Miradas que desnudan

La mirada de aquel hombrecillo de ojos vivos y vigilantes, de chaqueta desgastada y bolsillos deshilachados, que se sentaba como cada mañana en aquel banco buscando algún rayo que le calentara sus manos frías de tanta soledad, se le clavó en su retina. La sintió como si de algo punzante se tratara y clavó algo que ella en seguida quiso descubrir y mientras descubría, aquella mirada la desveló por completo, llegó al fondo de su más estricta intimidad y casi casi puso al desnudo su prisma más oculto.
Aquella mirada parecía esperarla cada día, siempre a la misma hora.
Ella atravesaba el parque como cada día y como cada día ahí estaba él, sentado y aguardando paciente, en el mismo lugar, en el mismo lado del banco sin variar ni un sólo centímetro, impasible al devenir del segundero, como acunando el paso del tiempo, mascando cada minuto que luego regurgitaba con parsimonia y con sonrisa en calma, cruzaban sus miradas tan sólo un segundo.
Perplejidad e incredulidad se adueñaron de ella, no entendiendo bien -¿cómo se había sentido tan destapada, cómo había sido capaz de desnudarla de tal forma, cómo había sido posible poder entrar y entrometerse ahí en ese refugio en el que nadie antes había conseguido inmiscuirse, sin intercambiar ni tan siquiera un simple gesto de nada?- le parecía imposible pensar que donde nadie de su más cercana circunferencia conseguía llegar,  aquel hombrecillo de nombre e historia  totalmente desconocida, sí hubiera llegado. Con una simple mirada le había delatado y puesto en evidencia todo lo que componía su núcleo más duro y complejo, todo lo que ella se había afanado en poner al más absoluto resguardo. Su castillo mimado y secreto fue descubierto y desestabilizado.
Casi intimidada por tal hecho, podría elegir no volver a tomar ese camino y elegir otro para no volver a cruzar nunca otra mirada, pero algo le transmitía confianza en aquel hombrecillo, confiar en que todo lo que pudo leer y desvelar en sus ojos era parte de su más recóndita verdad tal cual era, sin artificios ni caretas. Su absoluta verdad al desnudo era destapada y despojada de todas las máscaras y disfraces que ella se había esmerado en irse colocando como síntoma de auto protección.
No debía tener miedo de sentirse así tan desprotegida y vulnerable ante su propia verdad, si él pudo llegar a ella con una tierna sonrisa en la mirada, podría confiar y estar tranquila porque lo que aquel don de ese desconocido pudo leer, era su yo más auténtico.

viernes, marzo 18

Silencio


Silencio, se instaló en sus labios que enmudecieron para no desvelar absolutamente nada en ese preciso instante, en el que pudieron desenmudecer. 
Sin embargo, era mucho lo que aquellos labios deseaban haber podido revelar...hubiesen pronunciado tanto, tanto. Tanto había por transmitir aún!!! Tantas ansiosas sílabas hubieran disparado construyendo y arrojando palabras con o sin sentido que tuvo que reunir infinitas fuerzas para hacerlos callar, morder labios, tragar cada sílaba y una por una, encerrarlas bajo llave en el fondo de su garganta para siempre jamás.
Amplia perspectiva desconfiguró y relativizó ya todo el sentido de aquellas sílabas que un día pudieron llegar a convertirse en palabras con o sin sentido y que se disiparon envueltas en oscuras tinieblas en la noche de los tiempos estancados.
Pero, silencio no se marchó, seguía habitando, tembloroso y asustado, en un rincón vacío, confuso y desbordado entre estupor y desconcierto. Puede que a la espera de que algo ocurriera para dejar de ser quien era. Puede que no descansara y no se pudiera escapar hasta hacerse visible y ponerse de manifiesto. O puede que nunca se pudiera liberar y quedaría atormentado para siempre jamás en la noche de los tiempos estancados, tuvo su momento y el tren ya nunca volvería a por él.
Se convertiría para siempre en un simple y triste drama de labios, por todo lo que un día tuvieron que callar.




domingo, marzo 13

Diques de contención

Aquella noche tras la recogida hacia la madrugada, caminó y caminó y por fin aterrizó en su refugio cansada del largo día, mitad rutinario, mitad inusual. Largo día de lluvia gris y vital, para ofrecerle justo los dos lados de la moneda. Su desconcierto ni sabía a qué se debía, a cuenta de qué se había originado, idas y venidas continuas como corrientes de espirales de trozos de tiempo anacrónico que siempre acababan repitiendo, pero siempre también terminaban por remitir. 
Cada vez que observaba la más mínima amenaza, ocurría que levantaba un impenetrable muro para cobijarse. Ladrillos de cal y arena que se afanaba en colocar de forma ordenada y meticulosa. Cada vez que intuía que su paz podría ser perturbada, construía y construía su dique de contención para que sus propios flujos de emociones no derrumbaran lo que tanto le costaba erigir con sumo esfuerzo.
Su alta dosis de sensibilidad le hacía sentirse especialmente vulnerable y un blanco fácil, eso bien lo conocía y era algo a lo que no podía hacer frente, o ni idea de cómo resolver. Su balsa de cristal era altamente inflamable y rompible, y estaba sujeta a destrozarse y hacerse trizas continuamente, por eso la protegía continuamente con murallas,  intentando siempre bien cimentarlas. 
Y otra vez él aparecía entre sus muros, sin saber por qué....? -si él pudiera ver el mundo que ahora se había fabricado?? en qué se había convertido??...-. La distancia y la barrera que habían levantado entre los dos era tal, que ya ni podía imaginar cual sería su cara, ni qué palabras exactas pronunciaría... pero sí, intuía que ya nada reconocería.
Se había reinventado de nuevo a sí misma, o quizás eran disfraces que ya con sólo imaginarlos, se colocaba y cobraban vidas cargadas de connotaciones e invenciones, disfraces todos con un gran ojo avizor por defecto, en continuo estado de alarma por si el toque de queda sonara, estar lista para buscar un nuevo cobijo alzado sobre el dique.
Y ahí arriba al resguardo, seguía sintiendo que ojalá esa barrera entre ellos, nunca se hubiera levantado...

"Tenias curiosidad y te aventuraste..entornando los ojos...hasta alinearlos con el horizonte..." Astrolabios. Maga

viernes, marzo 11

Dña. Inquietud va de viaje

Doctor Fausto. Grabado de Rembrandt
Doña Inquietud vino a visitarla esa noche, llegó vestida de colores  trasnochados, camuflados y pálidos, apareciendo como de forma clandestina para pillarle de imprevisto. Irrumpió en su mundo de calma en forma de ímpetu y arrasando, para desestabilizarle una vez más. Sin embargo, ella sí le abrió la puerta, pudo no dejarla entrar, o decirle simplemente que se marchara por el mismo camino por el que había venido...Pero no, le dejó pasar hasta la cocina, quizás le dejara paso motivada por una especie de curiosidad que no pudo evitar, puede que para poder observar sus ojos de cerca, y mirarla así de frente, cara a cara, sin miedo. Sí!!, eso era!!, le abrió la puerta para perderle el miedo, como retándola a ver quién era más fuerte... cual de las dos resistiría y ganaría la batalla....echarían un pulso, tal vez??? Inquietud por realizar nuevo viaje ganaría, seguro!!

Intenciones de viajar a un mundo desconocido y deshabitado era lo que le inquietaba y motivaba. Conocer y seguir su ruta marcada o desmarcada con todo su equipaje preparado de antemano, o meramente improvisado. Daba igual. No le importaba ya si tenía, o no, todos los datos y la previa información del lugar al que se dirigía. Si no tenía datos y ninguna información, los podría inventar!!?.

Dña. Inquietud se incorporaba y le acompañaba en ese viaje. Ella animaba alertando en tan larga travesía y ella dirigía, más o menos, el rumbo como si fuera una nueva brújula que iba marcando exclusivamente hacia curiosidad, como otro nuevo punto cardinal imprescindible.
Dña. Inquietud ya podría ser su nueva camarada para su periplo, ya que una fría noche pudo mirarla de frente a sus ojos avizores y sin miedo. Y ahora comprendió que no debía temerle, estaba vestida de colores pálidos y trasnochados sólo para impresionar, su principal color era el de la sabia, alentadora y positiva curiosidad faustiana. Colores del vértigo que provocan los reflejos del deseo de conocer y seguir buscando datos, de la búsqueda incansable de nutriente información y seguir disfrutando su viaje.

martes, marzo 8

Conjeturas e-stancas

Por no hablar hay veces que se desemboca en una orilla equivocada y malinterpretada, remontamos a conjeturas lejanas a la realidad, o a mitad de camino de la realidad y de nuestra ciencia ficción inventada. Por no comunicar, se sobrentienden hechos no consumados y que nunca llegarán probablemente a consumarse. Por ahorrarnos palabras con o sin envoltorios exclamativos o interrogatorios, erramos. 
¿Miedo?, miedo tal vez a bucear en transparencias verbales, ¿temor a qué?, ¿nos ocupa y nos entretiene más los turbios supuestos aislados, elevados a conjeturas irreales y visionarias?, ¿mejor bucear en retraimientos autistas?, ¿incapacidad o timidez de dialogar?, ¿pánico a una respuesta que mejor ni saber?....
Puede que nos paralice el pensar en -no, aún es pronto para decir-, o -no, no procede formular estas palabras y si las formulo.... ummm... ¿qué va a pensar...?- y así envolvernos en el bucle de las hipótesis que vamos fabricando.
Damos presupuestos no sentados por válidos que luego nos llevan a emitir juicios de valor, que nos guían, y luego nos conducen a equívocos. Pero esas antorchas puede que iluminen  sólo lo que queremos ver, una realidad apartada y diseñada a nuestro antojo que seguramente, no sea la que nos vendría mejor conocer.

miércoles, marzo 2

La ola que se perdía en las mareas

Cambios continuos e irracionales de mareas y ella se dejaba mecer sometida a ese ritmo y como por inercia. El vaivén de las olas le arrastraba y le devolvía continuamente a nuevos y extraños escenarios, desconocidos y ajenos.
Las mareas últimamente le acunaban de este a oeste y de norte a sur, movimientos transversales y rotativos que iban tejiendo una danza que intentaba comprender para asimilar de forma óptima. Pero oscilaba sin orden ni concierto, o quizás anudaba una coreografía en la que el orden no era prioritario, o puede que errara en el orden supuesto que interpretaba, o puede que fuera un orden enigmático y encubierto, o reinaba simplemente el desorden....
Olas desdijudas en colores tenues, difusos y delicados, ella empeñada en dilucidar cada ondulación, ella en alcanzar cada trama, ella en perfilar cada onda, sólo se preocupaba de entender, entender, entender...esa era su ocupación más insistente y obsesiva.
- ¿Cómo vas a entender persiguiendo olas irrepetibles , exclusivas, desmoldadas y anárquicas? ¿alguna pista inteligible en un mundo en donde gobierna en la cima de su cresta la acracia?-  seguía divagando, mientras se dejaba  acariciar y balancear al son de cada ola que llegaba a su orilla.
Aunque, tal vez lo mejor sería que  inquieta e impaciente por la espera de ver llegar las olas, saliera a su encuentro a buscarlas,  encontrarlas y diseccionarlas pormenorizadamente antes de que rompieran, porque levantar un muro rompeolas para hacer como si no arribaran, no le convencía, ella no era tan cobarde como para ignorarlas.

martes, marzo 1

Ruta de los 5 y +sentidos

Alucinaba y fascinaba, ahora todo cobraba aún más sentido, sí!! un sentido real y lógico!!. 
Su cabeza giraba y rotaba, dando vueltas viajando en una noria que hacía parada en cada nueva vibración sensorial, seducida y abducida por los sentidos que se abrían de par en par y comunicaban a borbotones...Ahora, todo fluía en un manantial de cromáticos, aromáticos, musicales, suaves y deliciosos sentidos, sentidos que nacían claros y transparentes, y que navegaban a través de vasos comunicantes sin dejar de transmitir.
Terminó fortalecida gracias a aquel viaje por las recónditas esquinas sensoriales, que aún más potenciaron sus neurotransmisores....más segura de sí misma y aún más alentada para continuar.
El devenir de su vida se seguía inspirando y empujando hacia positivos y motivadores pensamientos perfumados por exquisitas fragancias,  proyectos e ideas felices que seguían naciendo por minutos.
Nuevo punto de inflexión para seguir caminando acompañada de ángeles por la delicada y seductora senda de baldosas de colores y de nuevas sensaciones.
Seguir descubriendo y no dejar de experimentar, su conclusión a la llegada del final del trayecto. Ahora, sólo esperaba no perderse entre tanto experimento....