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miércoles, enero 26

Invierno

Pasos agigantados, ágiles, veloces, avispados, predispuestos, solitarios, autistas, nerviosos, ansiosos, ilusionados, déspotas, fluidos, inquietos, reflexivos, desorientados, pensadores, vacíos, ilusionados, acertados, inseguros,  clandestinos, atemporales, soñadores, inciertos, mudos, musicales.....sus pseudo zancadas se componían de una coreografía compuesta de eso y mucho más. Baile de pasos a ninguna parte y a todas las partes a la vez.
Pasos invernales que adheridos de frío tienen todos un denominador común, manos protegidas en bolsillos vacíos y mirada encogida y dirigida hacia el suelo que pisan.
Que llegue ya la prima Vera!!!!

lunes, enero 24

Nuevo fondo de armario

Su adicción a comer pipas iba in crescendo, devoraba pipas con suma ansiedad, eso le relajaba y le ayudaba a asumir su nuevo papel, su nuevo rol. Sus labios estarían descuartizados por la sal y la agonía, tanta sal y ansiedad no eran buenas acompañantes, pero era lo que tenía.
Su proceso de metamorfosis empezaba a rumiar, bueno ya hacía tiempo que empezó a gestarse. Sus vestidos de persona casada y lineal, de vida aburrida y apacible, y de peinado perfectamente diseñado para cada ocasión, empezaban a caducar, aquellos trajes de niña dulce y delicada, comprensiva y leal, atenta y callada, los estaba empaquetando en cajas herméticamente cerradas, -las podría llevar a Cáritas?, puede que a alguien les sirvieran... o podría tirarlas a la basura sin más, mejor que a nadie más les sirvieran...-
Aquellos vestidos hasta las rodillas y colores anodinos, los cambiaría por otros atrevidos de encajes y sedas artificiales, puede que algún animal print, ropa interior muy sexy, de esa que nunca usó, pero ahora cada vez que pasaba por un escaparate ya no se resistía, abrigos felinos, capas mágicas y ajustados jeans....ese iba a ser nuevo fondo de armario, sería ecléctico y anacrónico, daba igual su edad, su nuevo armario no tendría edad, y su nuevas barras fetiches para esos labios irritados por la sal, serían rojas, todos los tonos rojos del mercado, al igual que su laca de uñas, uñas largas y bien afiladas.
Sabía que su valor en el mercado era altamente proporcional al valor del físico en el que se enfundara, eso lo iba aprendiendo a marchas forzadas, eso y tantos otros nuevos valores, así que su nuevo armario debía contener altas dosis de desentimentalización, alta dosis de ego, cero de sinceridad, nada de contemplaciones, y sobre todo lo más importante nada de afectos o cualquier clase de sentimentalismos inútiles y banales, todo esto también directamente proporcional al recibido, claro.
Jugaba y se disfrazaba en un terreno altamente movedizo, en el que casi no había reglas, sólo las del oeste, el primero que desenfundase la pistola ganaba, o las de sálvese quien pueda, o las de sabías a lo que venías...así debía aprender nuevo cannon, sería más lista y rápida que todos.
Ya debía saber que el intercambio debía ser por puro y exclusivo placer momentáneo y fugaz, que como un día le hicieron entender las relaciones entre ambos géneros, no valían ahora para nada, debía permutar esas descatalogadas creencias ya, o lo pasaría mal, no, peor.
Su armario anodino y soso, iba a ser ahora multicolor y tremendamente desenfadado, y así vestida estaría preparada para la lucha, ya sólo le faltaba comprar guantes de boxeo y máscara de box, para amortiguar golpes.

miércoles, enero 19

Árboles amigos

Caminando, como cada día, a la vuelta de su jornada laboral, su cabeza volaba al compás de su banda sonora. Y le acompañaban enganchados a su música, como casi siempre, pensamientos múltiples bailando a mil revoluciones por minuto en las pistas de su disco duro. Entre ellos, hablaba uno con mayúsculas y casi le gritaba, y era su sentimiento de tranquilidad interior, éste se coloreaba de todos los tonos y matices posibles a lo largo del tiempo, era demasiado camaleónico, pero por más colores que adquiriera, seguía siendo siempre la misma impresión, un sentimiento profundo y certero que le inspiraba paz.
Sabía que las cosas las iba haciendo lo mejor que sabía hacer y sabía que se estaba reconciliando con su yo más profundo, por mucho que le costara, y eso le hacía sentirse en calma, aunque las agitaciones la quisieran perturbar continuamente.
Mientras caminaba, observaba, feliz y agradecida, la sombra de los árboles que la cobijaban y le infundían seguridad y serenidad, esos árboles amigos, estaban ahí para proyectar una sombra bajo ella, que le hacía sentirse muy bien. Sus hojas eran amarillas del paso del otoño y del verano, y sabía que podía contar con ellas para abrigarse del frío invierno o para vestirse de prima Vera, sus troncos eran fuertes y robustos para la resistencia al paso del tiempo, y sus raíces crecían profundas para ir ganando en solidez y firmeza.
Los árboles amigos le protegían y sabía que podía contar con ellos en caso de necesitar un refugio, en caso de vendaval, de turbulencias, o vientos huracanados. Y ella, en reciprocidad, les iba a proteger a ellos en pacto de suma amistad y lealtad. Les cuidaría regando con cristalina agua y alimentado cada día, para que mucha vida fluyera entre ellos, y que la sinergia proyectada fuera de lo más positiva e impávida.
Ellos serían su bien más preciado y duradero.

lunes, enero 17

Volver a tomar la pluma

No sabía ahora de que podría escibir, estaba tan cansada de escribir tragedias y dramas en su vida, que no quería obligar a su pluma a mojar más tinta negra. Los malos presagios y suerte parecía que le acompañaban demasiado. Había pasado ya más de un año y su vida no terminaba de encontrar el rumbo, las cantidades de direcciones posibles que se le mostraban y se abrían ante sus ojos eran demasiadas para elegir certeramente, su brújula se volvía loca y no sabía ya cual era el norte o el sur, el este o el oeste, demasiados puntos cardinales indicaba a la vez, por lo que sus coordenadas estaban harto despistadas y aún sin trazar.
Su interior estaba confuso y a la deriva, sin barca, ni flotador, ni remos, ni salvavidas...que la salvaran del naufragio, desterrada y desahuciada, quizás llegara a una isla nueva aún por descubrir, y allí como Robinson Crusoe, desarrollaría e inventaría nuevos recursos para sobrevivir. Su supervivencia estaba en juego, y sólo de ella dependería, lo cual por otro lado la tranquilizaba a empuñar su pluma sin temblar una escritura no torcida, y aunque negra, al menos escribiría sin borrones.

sábado, enero 15

Había una vez un castillo de lo efímero...

Su castillo de naipes parecía que seguía creciendo y creciendo, una carta de bastos aquí y otra de corazones allá le hacía elevarse muy a lo alto, no sabía si algún día alcanzaría el techo de estrellas, pero sí presentía que algún día ese castillo se tambalearía y caería al suelo irremediablemente, desde donde un día partió….surgió de la nada, a base de azules, estrellas y una luna amarilla fruto de la ilusión óptica, que le costó divisar, pero que cuando la divisó, le pareció la luna más mágica que jamás había visto y le fascinó. Quizás lo colgaría a las estrellas y entonces, allí firme y bien sujeto, no se tambalearía ni caería nunca. 
El castillo que estaba construyendo no tenía puertas ni ventanas, puede que fuera para no permitir la salida al mundo exterior, sólo estaba dotado de un motor para mantener la temperatura y aislarle del frío. Sabía que su castillo era lo más bonito que existía en su mundo bidimensional, podría seguir construyéndolo por siempre jamás, seguir poniendo carta tras carta y llegar hasta el infinito y más allá...quien sabe si habría infinito!!
Además de ser un castillo hermoso, un halo de magia lo envolvía, sería su flotación en el aire que le daba cierto misterio y un atractivo muy seductor y especial, además lo contemplaba tan hermoso, por toda la ilusión que iba depositando en cada carta que iba colocando.
Su castillo era lo mejor que poseía y por eso lo continuaba, cada carta representaba un sentimiento noble y puro y un nuevo deseo. No obstante, el vacío de la nada de lo efímero le iba envolviendo poco a poco, presintiendo cuando podría llegar el día en que depositara la última carta, su castillo estaba alzado a base de imposibles, espejismos e ilusiones ópticas.
Y así, tristemente llegó el día en que ese castillo se derrumbó irremediablemente y cayó al suelo, todas las cartas volaron, se ostió y se hizo añicos, pedazos de ilusiones hechas trizas y que el viento del Este se las llevó lejos, pedazos de deseos rotos que se desvanecieron en el aire sin más....
Y este fue el final de su castillo, y aquello de colorín colorado de su cuento, se coloreó en escala de grises, para seguir a juego con su otro tono de su otro mundo bidimensional, pero aquello de comieron perdices y fueron felices, sí que podría ser real o desde luego empeño, sí que pondría, el mismo que le hizo un día construir su castillo.
Fin


lunes, enero 10

Renuncias

Seguía pensando en todo aquello a lo que debía ir desertando sin otro remedio, desproveerse de todo, despojarse y desnudarse otra vez, renunciar a todo y comenzar con contador a cero de nuevo. Muchas veces, lo sacrificaríamos todo por ese único y exclusivo momento emocionante, ese momento en el que legalmente te puedes llamar persona feliz, y sólo por eso la renuncia vale la pena.
Sin embargo, existen días en los que desde el foro más interno necesitas hacer renuncias, otros días en los que hacer esos sacrificios parece una locura, luego están los días en los que todo, y el simple hecho de vivir parece un sacrificio y, por último están los sacrificios que ni tú misma sabes por qué lo estás haciendo, pero los haces sin más, sin pensar, ni valorar las consecuencias.
Alguien dijo una vez que puedes tener todo en esta vida si sacrificas todo lo demás por ello, lo que quería decir, intentando interpretar al señor sabio, es que nada viene sin un precio a pagar, así que antes de entrar en la batalla, más vale decidir cuanto estás dispuesto a perder por ello. Bastante a menudo, ir a por lo que te sienta bien significa, a priori, dejar a un lado lo que sabes que es incorrecto, o dejar a un lado lo que sabes que a la larga va a suponer daños colaterales o intuyes que serán perjuicios más que beneficios a largo plazo, otras veces debemos renunciar a sentir, aunque eso suponga también dejar de respirar el único aire que te permite seguir viviendo, y renunciar a la vida.
No dejar que alguien entre en tu vida, quizás sea un acto cobarde y de huida, dejar que alguien entre en tu vida significa abandonar tus paredes más internas, derribar las profundas murallas que llevas toda una vida construyendo, renunciando a  proteger tu núcleo duro a toda costa.
A veces los sacrificios más duros son los derivados de entrar en una batalla que ni siquiera ves venir, o cuando no tenemos tiempo de reaccionar, ni formular una estrategia de guerra,  o no conocemos a nuestro enemigo,  no hay tiempo ni para elegir un bando u otro del campo de batalla, o ni siquiera podemos medir y valorar la pérdida que sufriremos. Cuando esto ocurre, cuando la batalla nos elige a nosotros y no al revés, ahí es cuando el sacrificio puede resultar mayor de lo que podemos soportar, y es ahí entonces  cuando podemos herirnos de muerte.

lunes, enero 3

Lista para comenzar!!!

El nuevo año llegaba, y llegaba cargado de nuevos propósitos, expectativas, ilusiones, esperanzas, energías...o eso quería pensar y desear. Empezar el año cargada de lágrimas, no era buena opción, sentir tristeza, nostalgia, angustia y pena, no era la mejor perspectiva para una noche de cierre de capítulo y comienzo de otro...pero, hubo un intermedio, justo en medio del acto, sí fue así, no pudo evitar sentirse más sola que nunca, más triste que nunca y con más nostalgia que nunca.
No deseaba ir a ninguna parte, no deseaba festejar nuevo año, no deseaba celebrar nueva vida, deseaba encerrarse y permanecer sentada como si nada pasara, como si el año continuara sin más o como si no fuera con ella todo ese tinglado, pero no, no debía añadir más drama y salir de la espiral, si seguía caminando por esas baldosas grises a nada bueno le conduciría y era consciente de ello.
Así, que se armó de buenas nuevas, se vistió de luces y se echó a la calle...experiencias nuevas esperaban, y esperaban, vestidas de estreno para sorprender. De esta forma, comenzaba el año viviendo nueva vida que nunca antes vivió, disfrutó de nuevas cosas que nunca antes le deleitó y se sorprendió gratamente, aunque la noche le congelara y la enviara de vuelta a casa con dolor de pies subida en tacón esmeralda de esperanza.

La lista de propósitos iba muy cargada para 2011, no sabía si es que su ambición le rompería el saco como siempre le solía pasar, esperar más de la cuenta de todo, era un problema, y a Penélope, sabía que debía mandarla de viaje con un billete sólo de ida...sin más remedio.
Estaba lista para comenzar nueva andadura, debía ser consciente de sus limitaciones, de que sus expectativas debían ser las más reales y objetivas posibles, debía seguir peleando por pequeños momentos de felicidad día tras día, lucharía contra el exceso de drama que le seguía pisando los talones, y aunque a veces llegara Dña. Nostalgia para invadirle de nuevo su mundo y coloreárselo de gris y negro, debería empuñar su brocha de color y pintar nuevos arcoirirs que iluminaran sus días, aunque fuera acompañada de Dña. Soledad, junto a ella debería tejer un traje ingnífugo que le siguiera protegiendo del miedo, de la decepción y de la desesperanza.