Mi lista de blogs

lunes, enero 10

Renuncias

Seguía pensando en todo aquello a lo que debía ir desertando sin otro remedio, desproveerse de todo, despojarse y desnudarse otra vez, renunciar a todo y comenzar con contador a cero de nuevo. Muchas veces, lo sacrificaríamos todo por ese único y exclusivo momento emocionante, ese momento en el que legalmente te puedes llamar persona feliz, y sólo por eso la renuncia vale la pena.
Sin embargo, existen días en los que desde el foro más interno necesitas hacer renuncias, otros días en los que hacer esos sacrificios parece una locura, luego están los días en los que todo, y el simple hecho de vivir parece un sacrificio y, por último están los sacrificios que ni tú misma sabes por qué lo estás haciendo, pero los haces sin más, sin pensar, ni valorar las consecuencias.
Alguien dijo una vez que puedes tener todo en esta vida si sacrificas todo lo demás por ello, lo que quería decir, intentando interpretar al señor sabio, es que nada viene sin un precio a pagar, así que antes de entrar en la batalla, más vale decidir cuanto estás dispuesto a perder por ello. Bastante a menudo, ir a por lo que te sienta bien significa, a priori, dejar a un lado lo que sabes que es incorrecto, o dejar a un lado lo que sabes que a la larga va a suponer daños colaterales o intuyes que serán perjuicios más que beneficios a largo plazo, otras veces debemos renunciar a sentir, aunque eso suponga también dejar de respirar el único aire que te permite seguir viviendo, y renunciar a la vida.
No dejar que alguien entre en tu vida, quizás sea un acto cobarde y de huida, dejar que alguien entre en tu vida significa abandonar tus paredes más internas, derribar las profundas murallas que llevas toda una vida construyendo, renunciando a  proteger tu núcleo duro a toda costa.
A veces los sacrificios más duros son los derivados de entrar en una batalla que ni siquiera ves venir, o cuando no tenemos tiempo de reaccionar, ni formular una estrategia de guerra,  o no conocemos a nuestro enemigo,  no hay tiempo ni para elegir un bando u otro del campo de batalla, o ni siquiera podemos medir y valorar la pérdida que sufriremos. Cuando esto ocurre, cuando la batalla nos elige a nosotros y no al revés, ahí es cuando el sacrificio puede resultar mayor de lo que podemos soportar, y es ahí entonces  cuando podemos herirnos de muerte.

2 comentarios:

  1. una cantante italiana cantaba: "si dice che ad ogni rinuncia corrisponde una contropartita"
    Cuán felices seríamos sin tener que renunciar a nada!!

    ResponderEliminar
  2. Pues siempre hay que estar renunciando, un poco o un mucho, pero hay que renunciar, y lo peor es que si estás herida de muerte y tienes que renunciar, no queda más remedio que entonces sacrificar todo.... boohh :s

    ResponderEliminar