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domingo, mayo 12

Dedos plumas reconquistados

En todos esos días su dedo pluma no había hallado aún su lugar para inventar y crear, debía adaptarse a un nuevo espacio circundante, nuevas energías, nuevos olores y sabores...todo nuevo, así de repente. Y tendría que encajar como los guantes en las manos, en modo casi perfecto, no podía permitirse el lujo de de fallar y no poder escribir lo importante, con lo que el intento de superación y perfección tendría que ser de cada día para llegar a ser cum laude en su caligráfico trazado y pocos debían ser los borrones y tachones. Incluso cambió el calor de su tinta, nuevo tintero en el que ser bañado para su nuevos renglones sin torcer.
Quizás, su dedo pluma estaba en estado de shock por la desubicación,  no era fácil aterrizar y encajar en un nuevo mundo que ya había sido inventando y que casi ni le pertenecía, pero ahí estaba otra vez en el intento de seguir intentado, al fin y al cabo en eso consistía su razón de ser, el intento continuo de superación sin desesperar. 
Ahora, al fin y al cabo venían nuevos capítulos que escribir, dulces y con  fundamentos importantes,  marcados por el tiempo conjugado en presente no hipotético, en donde cabalgaban esos nuevos sueños, que un día fueron desterrados y escondidos para siempre en el fondo de una chistera  ... pero, por la magia de la vida... -schast!! ahí estaban al alcance de su dedo pluma para tomarlos y escribirlos realidad.
Estuvo impaciente porque se le apareciera de nuevo Demiurgo, por recomenzar a hilvanar su vida de nuevo, a creer en lo que se había encargado de descreer, no había más tiempo que perder para empuñar su dedo pluma de nuevo y escribir páginas que ya no querían seguir en blanco.

miércoles, enero 2

Tras las huellas que nos dejó el 2012

El año se marcha casi de repente y sin darnos cuenta de que hay que arrancar otra hoja más,  como siempre pilla el toro al toque de clarines de un cielo gris de invierno, pero este año aunque todo ha pasado muy rápido sí que ha dejado grandes huellas impregnadas y con sabor, mucho sabor a satisfacción plena.

Su dedo pluma ha tenido que desempolvar para intentar resumir y hacer balance anual de los hechos importantes, de los avances, los logros, los momentos... y es que al final sólo prevalece y permanece lo importante. Esos momentos tocados por la varita mágica de lo especial que se quedan en las retinas para siempre y acompañarán en los caminos de baldosas azules que quedan aún por pisar: momentos felices acompañados de montañas blancas y tartas de todos los sabores, momentos de primavera una tarde de cielo despejado por los jardines de Híspalis, momentos azules de tardes de verano dulcificadas por el run run de las olas al mecer, momentos de cafés en la mejor compañía, buganvillas, naranjas y canela, momentos de subir a lomos de cometas desterradas por bandidas y sentir el viento volando como los pájaros, de cerrar ojos y sentir querer ir al fin del mundo a su lado y que nunca se termine este feliz viaje, momentos de puestas de sol y por primera vez, vislumbrar una despedida de luna, momentos de alegres encuentros y de amistad consolidada, momentos de cambios y de dar pasitos hacia adelante sin titubear ni tambalear, y sobre todo, de tomas de decisiones que conducirán a algo muy muy importante aún por llegar y que toca seguir pintando.... y así todo se encamina hacia lo trascendental, con los principales ingredientes que al fin y al cabo, componen las vidas.

Con la vista puesta hacia adelante y en el camino que aún le resta y haciendo balance, echaba un ojo hacia atrás que le posicionaba en línea de meta de aquel principio de año incierto, en el que todo comenzaba con el Santo Patrón de las Barbacoas amenizando y augurando un feliz comienzo en aquella tacita de plata soleada, al que le sucedían los días carnavalescos y camas rotas. La travesía feliz rodeadas de montañas nevadas. Las escapadas para saludar al gran azul. Los días feriados en la ciudad efímera. Los nuevos conciertos que le elevan al cielo y colman el espíritu. El viaje a la tierra verde y a la ciudad ya cada vez menos hostil gracias a los amigos que allí le siguen esperando. Los días estivales llenos de intensidadades y placeres en la mejor compañía que pudiera soñar. El otoño que llegó cuajando lo importante, el amor que se puso de manifiesto por encima de todas las dificultades y los miedos, afianzando el renacimiento de una nueva y feliz vuelta a la vida en plenitud y dicha.... tomando determinaciones que derivan en el querer abrir una nueva senda de compromiso y lealtad, de comprensión y pasión, sin fisuras y sin dudas, que concluye cerrando un año muy muy satisfactorio.

Con el alma y los sentidos puestos en el empeño de seguir construyendo algo realmente importante daba forma a aquel boceto que ambos comenzaron a pintar sin ton ni son en aquellos días de manos frías, pero que a estas alturas de cerrar año ya se atisba ser un lienzo notable, con una composición llena de sus matices y sus colores, y que cada noche al finalizar el día disfruta con sentarse a su lado y admirar el resultado conseguido, sumando el logro de haber trazado líneas acertadas en los colores cálidos que habían ido seleccionando juntos, desterrando la paleta de gama fría y gélida que nada inspiraba ya,  y colocando siempre a su mar como máximo inspirador de sus vidas dando total sentido y luz a tan amado y deseado cuadro. Y pintando este nuevo cuadro arrancaba hoja y cerraba periodo anual, con la línea de sus sentidos rebosando satisfacción y orgullo por todo el gran tesoro que ahora poseía, y es que se le había encomendado como un gran regalo que la vida le ofrecía y que ni siquiera hubiera soñado jamás, por lo que su máximo propósito para nuevo año era seguir cuidándolo con esmero, exquisitez y dedicación. No todos los días la vida conspira así.....

Su último deseo hacia todos sus seres queridos que le habían acompañado y ayudado en esta completa andadura era de salud, paz y prosperidad para recibir otro nuevo año que sigue pintando ser complicado.
Feliz año nuevo a todos!!! Vamos a por él con ganas!!!

martes, agosto 7

Escala ascendente

Aquel día lo cerró con sonrisas entornadas y encantadas sobre comisuras de labios, que poco a poco iban fermentando nuevas sensaciones que revoloteaban sin parar como aquellas alegres mariposas, inquietas e impacientes que posan de flor en flor en busca del más exquisito polen como si no hubiera un mañana.

Se dejó llevar y nutrir de instantes llenos de novedad y relajación que inspiraban a su complejo sentir. Su escala de sensaciones ampliaba con todo tipo de notas, desde la más aguda a la más queda y sonora, recorrer todos los matices de aquella escala en modo ascendente le proporcionaba aliento vital para continuar con sus andanzas y no desfallecía en el intento, por lo que ya era un gran logro para ella. Y aunque la composición de notas a veces, le resultaran frías e incomprensibles, aquel canto le seducía de manera irresistible sin poder remediarlo.

Echaba mirada atrás y todo empezaba con manos frías de invierno en seres imperfectos y solitarios, ávidos de perfecciones que se completarían muy poco a poco con el devenir del saber aceptarse y encontrarse en un mismo halo de luz natural e intensa, y para cuando se quisieron dar cuenta daban eternos besos caramelizados de ron y canela, de pacharán y naranja...y a ella, se le seguían encogiendo los pensamientos con cada uno de ellos, y es que algo paralizaba su mente en modo extraño sin saber cómo y qué descifrar de todo aquel caudal de emociones que circulaba por sus venas en todo el tiempo que pasaba postrada en aquel diván negro junto al Chico de las Velas.
Y aunque le costó rumiar, digerir y sintetizar los nuevos aromas que se le ofrecían, al tiempo, poco a poco, forjaba lazos y nudos estrechos de amistad y lealtad. Encajar piezas de sus complejos puzzles no resultaba ser fácil, pero se dedicaron el tiempo y las ganas necesarias para ello, aún con amagos del caos que a ella le asistía muy a menudo, cuando su montaña rusa hacía acto de presencia para desencajar su mundo y ponerlo todo patas arriba.
Lo que más deseaba era permanecer a su lado, así sin pretensiones, sin esperas...sólo sintiendo y saboreando cada instante regalado, de ello era muy consciente cada tarde de primavera y cada ola de ese mar, al que tanto amaban y que tanto disfrutaban juntos. Mientras, componía con  trazos  de dudas y miedos,  aunque con decisión y firmeza, un boceto que iban pintando a sus maneras y modos, a sus tiempos y a sus ritmos... resultando un cuadro que ambos apreciaban, así tal cual sin denominaciones.

Aquella noche la cerraba con sonrisa de paz entornada en escala ascendente, de las notas musicales que siempre le acompañaban, y de esta manera encajó los ojos para despedir a otro día de los "cosmósperos",  de tal modo que cada vez desterraba más atrás los tiempos pretéritos de lágrimas, para salir al encuentro de nuevos días de vino y rosas, de olas y mar, de cenas y velas, de intensidades y placeres.... que estaban por llegar, disfrutando de los momentos reposados, vividos con la efusividad, por si acaso no hubieran más mañanas. Entretanto, una maraña de sentimientos nacían inspirando y explosionando sin cesar para hacer temblar y descomponer un nuevo prisma de luz en modo ascendente e imparable, desde el que ya siempre contemplaban al gran azul.

"Con viento del Este hiciste una cama,
soplaste sobre ella para templarla
y con el murmullo de tu voz de agua
me cantabas nanas sin letra.

Y dormíamos tan juntos que amanecíamos siameses,
y medíamos el tiempo en latidos.
Y en tus dedos yo tocaba mis canciones,
dedos de teclas de celesta." (Diecinueve)



martes, julio 3

Tras la senda de baldosas azules

Aquella noche era otra más para revolver dentro de su pequeño universo, otra noche más para ponerlo todo cabeza abajo y cabeza arriba, patas abajo y luego volver a estar patas arriba. Habitaba últimamente en una nueva nebulosa que se iba apoderando de ella, con efecto gravitatorio y como si un extraño imán le atrapara en su red sin poder escapar. Poner orden, entre sus horas de insomnio, era su empeño y siempre el reto.


Desgranar los sentimientos que vivían en aquella nebulosa en los últimos días le traía muy ocupada. Desenterrar los fríos de la noche para aportar un nuevo y agradable calor. Despertar a algo nuevo con manos que ahora ya empezaban a coger más temperatura, al menos, dejaban de ser manos frías e inertes para quizás, volver a la vida con tejidos renovados.

Quizás, un nuevo amanecer se cernía sobre su cabeza, pero la confusión de nominar y desgranar algo que puede que ni pudiera, le trastornaba y le angustiaba tanto que le llevaba a eso de la media noche a abandonar y salir corriendo de los brazos de Morfeo para adentrarse en los laberintos de los Minotauros, y seguir y seguir sus andanzas para alcanzar el centro de algo que ni sabía expresar.

Las almas que siempre permanecen al resguardo, son elementos frágiles y maleables, y ahora la sentía encogida por las nuevas emociones que revoloteaban y le hacían temblar sin parar. Se había encargado de tejer un buen abrigo impermeable para protegerse de algo que ni sabía que era, además de una buena capa para salir volando y escapar cada vez que le hiciera falta huir, pero todos esos inventos tenían su inutilidad, así como su limitado efecto placebo, sin más.

A la mañana siguiente con el sol iluminando cuando despertó, miró de frente hacia la senda de baldosas azules por las que un día eligió caminar, y dejó de asustarle continuar por ella. Se desprendió de su manual de instrucciones, de su capa voladora y de su abrigo impermeable, ya no le servían para nada.



"Si yo recorro de memoria el guión,


Tú ve de puerta en puerta a buscar, baldosas amarillas.


Para un funambulista imposible,


Leyendo en braille los pasos del siguiente mortal." (V.M.)


lunes, marzo 26

E-clipse lunar

Ella nunca olvidaría la cálida noche que el chico valiente la llevó hasta lo más alto que pudo para mostrarle un espectacular eclipse lunar, ella sin pensárselo dos veces se lanzó a subir la escalera, una escalera no muy consistente, apoyada en un suelo efímero de la nada...pero, subió sin miedo, tan sólo motivada por algún tipo de feliz intuición, dejándose llevar por la inercia de su instinto que casi nunca le fallaba, algo le decía en su interior que aquel acontecer sobrenatural le iba a maravillar y así se quedó sólo contemplando el cielo, sin más.

Ahora, ya bastantes días después hacia recuento de todo lo vivido y sentido como era su sana costumbre porque sí, en su esencia todo le hacía sentir un "algo" desde una manera sosegada, pero ella tenía que sentir al fin y al cabo y rascar un extra. No concebía que las cosas ocurrieran y pasarán sin más por su vida. Se afanaba por buscar a todo lo que le aportaba un significado relevante y vital, que diera sentido a todo. Fue algo así como una terapia para que sus sentidos no se quedaran enterrados, inertes y oxidados en la nada, que su corazón emitiera aún algún tipo de impulso por pequeño o grande que fuera, pero que emitiera algo más que sístoles y diástoles en bucles infinitos.

El aprendizaje lo hizo en modo pausado, sin prisas de nada y a cada pasito descubrir….descubrirse a sí misma… y fue un feliz hallazgo lo que descubrió, o al menos todo lo metabolizó de la mejor manera que supo y entendió… ser mejor persona cada vez, liberarse de prejuicios erróneos preinstalados que conducen a autoengaños no válidos para ella.

Y a cada paso algo más le alejaba de su mundo de oscuridad, a cada peldaño de la escalera que subía, todo se hacía más liviano y menos pesado cada vez, cada vez menos lastres. El eclipse lunar casi le había curado en parte, y las tiritas que se había puesto poco a poco las iba retirando y así pudo mostrar algo más de ella misma. Esconderse tras su velo negro no era buen asunto y poco a poco pudo despejar cada vez más su rostro ya con menos lágrimas cada vez. Y a todo eso el chico valiente le ayudó, quizá sin él saber o ni imaginarlo… pero, ella ya sentía infinita gratitud, ahora podría ya corresponder a un eslabón importante de toda su feliz cadena.  Y la mejor lección de vida fue que ella aprendió a no esperar nada, y cada poco que se le ofreció, le pareció un mucho que recibió agradecida. Dar y no esperar, compartir lo mejor de su ser al fin y al cabo era la mejor forma de entender su vivir. Y si al final las cosas son de verdad, o al menos uno las hace de verdad, es lo que realmente queda de importante y permanece para siempre, y la vida...valdrá la pena.

sábado, marzo 17

Des-arraigada

Su conversación con el silencio proseguía su curso como cada noche, departir los temas importantes del día con él en animada y agilizada charla, era uno de los mejores momentos de sus días, poner en orden sus frágiles, contradictorios y déspotas pensamientos a ninguna parte y discurrir acerca de aquello de lo que ella entendía por  vivir y llegar a alguna parte.
Sentir y vivir, para ella eran casi lo mismo, no entendía la vida sin sentirla en toda su dimensión, atravesando  todas y cada unas de las escalas musicales, desde las notas más altas a las más bajas, desde la más agudas a las más graves y armónicas. 
Ahí, justo delante de su espejo donde reconocía cada línea de su rostro, quizá ahora jugaba al fingimiento. Pensar qué papel tomar para triunfar encima del escenario, cual elegir y hacerlo de la manera más sobresaliente posible además, fingir que su vida transcurría en "normalidad" aceptada y aceptable, de que todo seguía supuestamente un curso adecuado, quizás...todo era un "quizás" o un "tal vez"... Pero, sabía que ahí posicionada exactamente delante de su espejo no había fingimientos que valieran, ni que le sirvieran, en ese escenario salían a flote todas las emociones que justo no sabía expresar con palabras, aquellas que no podía hacer trasmitir a nadie, sólo ella y su reflejo frente a frente.... y nada más. 
Aquella noche, sintió escalofríos al sentir y padecer un absoluto desarraigo, al sentir que luchaba por estar cada día en la mejor línea de flotación para no hundirse, al comprobar que no había anclas a las que estar amarrada, nada que la retuviera fijada a un punto, ni cuerdas, ni amarras,  y sólo un nudo en su garganta que seguía doliendo cada vez que tragaba recuerdos y producía la angustia de saberse alma errante y nómada, con anclas levadas, ni seguridad en nada, bueno sí, seguridad sólo en ella misma. Puede que ella misma fuera su ancla, y nada más, puede que sólo le valiera fondear exclusivamente en su sentir y vivir,  en las maneras y formas que ella entendía, en exclusiva. 
Lo de ir a la deriva no iba con ella, pero a veces se sentía así, algo como el sentimiento de desubicación, preguntándose una vez más si aquella vida era la que le correspondía estar viviendo... a qué tierra petenecía ya?? quizás, pertenecía a la nada e  iría a vivir a tierra de nadie, con casi total libertad de movimiento, ese sí que era al menos su valor seguro y ganador.
Cerró los ojos pacientemente a buscar a Morfeo, ya sabía que su ataque de angustia se despejaría a la mañana siguiente.

"El hombre más sabio es el que sabe que su hogar es tan grande como pueda imaginar" (en La Danza del Fuego)

domingo, marzo 11

Año nuevo a la vista!!!!

Siempre sus ensoñaciones más lúcidas o menos lúcidas tenían el o la mar como telón de fondo y su banda sonora. Quizás, era señal de que nunca nunca se separaría de él; quizás, él siempre le acompañaría allá a donde sus pasos le dirigieran; quizás, es que le necesitaba demasiado para seguir poniendo barquitos viajeros y exploradores sobre experimentales líneas de flotación y que navegaran tanto en  mares calmados, como en los agitados, sin naufragar; barcos, que pudieran surcar allá  entre océanos posibles e imposibles,  y que siempre pudieran tocar tierra, una tierra firme y duradera, de la de verdad y la auténtica, una tierra previa y adecuadamente abonada y mecida a sus propios vaivenes.
Solicitaba al nuevo año mantener la misma línea del horizonte que ya poseía, seguir caminando a través de ella, sin que nada ni nadie le dirigiera, soplando sus propios vientos y enarbolando una bandera de ser ella misma siempre, en cada momento...  y con todas las consecuencias.

Un año nuevo a la vista que esperaba ser navegable en toda su travesía, sobre todo que llevara bien izadas las velas de la coherencia y la transparencia, de la autenticidad y la complicidad, como en aquellos mares coralinos del Sur que se quedaron para siempre suspendidos y retenidos en su apátrida memoria, y que tanto amaría ya para siempre, tanto era así que rememorar esos cálidos mares, constituían ya su mejor bálsamo y refugio, cuando las tormentas osaban acercarse y descargar fuerte.
Tenía ya su listado de objetivos pendientes de resolver, propósitos nuevos añadidos con todo lujo de matices y colores, cumplimientos y metas que cruzar para consigo, pues así se lo debía a ella misma.  Había mucho trabajo aún por hacer en todo este su nuevo periplo.
Marcar rumbo hacia aquello que le aportara un plus, y huir de los "sin más", de los “pa nás” que le producían tanto vacío, y de los de la inercia que no soportaba ya y tanto le ataba a cabos que no le reportaban nada, seguiría surcando los mares que le llenaran de vida nueva de la que aprendiera cada día y de energías sabias de las que nutrir su aire.

Aquel día, justo delante de los mares cálidos del Sur, él le dijo, así en mirada clavada e infinita, de las de verdad: - ¿Eres consciente de cuántos dones tienes???, porque tienes muchos... y de los buenos... - y ella se limitó a esbozar una sonrisa de plenitud.

Nunca olvidaría aquel inciso...nunca, y ese sería su cofre del tesoro conquistado en aquellas islas coralinas que siempre, siempre le acompañarían en su camino hacia la nueva tierra avistada.