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sábado, febrero 5

Erase un vez un cepillo de dientes errante que llegó a la cima

La inspiración le empezaba a abandonar, Don Demiurgo jugaba al escondite con ella, aparecía y volvía a desaparecer, le mostraba su mejor cara para fugarse al instante. 
Pensaba que subir a la cumbre le iba a inspirar y proporcionar nuevo aliento sugerente, aire envuelto en helado, pero vital hálito, brisa tenue y delicada, y olores a magestuosos abetos y robustas encinas, le devolverían a una nueva dimensión esclarecedora, le aclararía y ordenaría su mundo, orden decimal o alfabético???
Pensaba que sentarse allí con mirada de concordia y desde la cima ver a sus pies el mundo, el valle, el río, la nieve, las nubes,...toda esa fabulosa vista matutina,  clasificarían sus pensamientos por orden de importancia. Pero no, bajó de la cumbre más perjudicada y llena de interrogantes aún de lo que subió, no entendía nada.
Su mundo estaba vuelto del revés, y ni idea de cómo reajustar las nuevas coordenadas de eje multidimensional. Era como aprender de nuevo a andar sin tirantes, ni manos que le sujetaran y le evitaran caídas. Pasos errantes a través de la cuerda floja y sin equilibrio alguno.
- ¿ Quieres traerte tu cepillo de dientes y lo dejas aquí?- le preguntó él, -no, no te preocupes tengo mi cepillo de dientes de bolso, de esos que llevas siempre encima...es mi cepillo de dientes errante- dijo ella, con cierto aire irónico y esbozando una blanca sonrisa.
Ahora, su sonrisa relucía blanca y triunfante, pero no sabía si sonreiría a aquello que realmente mereciera la pena, no sabía el orden de prioridades a las que poder sonreír ,o sí lo sabía, pero todo le perturbaba y le era ajeno al final, como si nada pudiese ya discernir, su nuevo orden o pseudo orden, hubiera dejado de tener coherencia y sensatez y así, sin coordenadas acertadas, los cepillos de dientes errantes  que llegan a la cima, se pierden en el limbo nómada para siempre.

2 comentarios:

  1. debe ser que el cepillo de dientes errante no quiere dejar de errar y reposar tranquilamente en un vaso, o quizá no en un vaso cualquiera.

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  2. posiblemente más que limpiar dientes, le guste más errar...

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