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martes, agosto 2

Distorsión

En aquellos días extremadamente fotosensibles, gobernaba la irracionalidad. Ella tomaba el bastón de mando y asumía su papel de directora de orquesta. Amanecían emociones que no querían dejarse domesticar, escapaban a su discurso más racional y sensato, ya no concordaban las palabras a sus emociones, ni las emociones correspondían a sus palabras, y eso le crispaba y le ponía más nerviosa aún de lo que ya sus inquietas piernas podían soportar para continuar caminando.
Realidad se había convertido en un ente extraño y poliédrico de múltiples versiones y sin gobierno alguno, que se iba transformando por minutos, y que se le escapa ya a toda clase de lógicas posibles y combinables.
El mundo de las relaciones humanas se ofrecía, cada vez más, harto complejo y su interacción en esas relaciones era un mundo lleno de dilemas y conflictos que cada vez más debía superar en escala ascendente. Superar para seguir construyendo algo que le resultara válido y coherente. Pero, los dilemas y conflictos que más importaban y le daban más quebraderos de cabeza eran fruto de la relación consigo misma, su mundo interior rebosaba distorsiones y deformaciones que construía de forma déspota, según iba asumiendo la realidad a su antojo.
Distorsión que perdía todos los matices de la más exclusiva y escurridiza objetividad aparejada a una cordura emotiva lógica, y que por más que se empeñara en analizar, no tenía ni siquiera punto de partida para tal estudio pormenorizado.
Deformación que conducía justo por  medio de un laberinto sinfín del minotauro, que no tenía siquiera un atisbo de encontrar un punto de llegada real al centro de la realidad.
Domar emociones sustantivadas y enlazadas a la coherencia, su siguiente reto...

1 comentario:

  1. Está bien que comiences a conocerte a ti misma. Los conflictos en la relación con uno mismo -entre el auténtico yo y el "yo" fabricado por la mente- tienden a proyectarse sobre los que te rodean con consecuencias muchas veces no buscadas. Que disfrutes del viaje a tu interior y la aventura que supone. No busques ni esperes respuestas fuera de lo que en realidad tienes que resolver dentro. Aprender a aceptarse es el comienzo del camino de la paz.

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