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jueves, abril 15

Histeria siberiana

El día llegaba a su fin. Largos silencios y un curioso baile de sombras ocupaban un sitio preferente en su cabeza, justo ahí en primera fila.

Tomó su libro como cada día, se tumbó en el sillón y se relajó. Era la única manera de echar a volar y escapar de la embaucadora danza de pensamientos hacia ninguna parte. La lectura, al menos, le ofrecía otra realidad, la posibilidad de viajar a otros mundos y submundos paralelos, de no pensar en su desolador y vacío alrededor. No le quedó otro remedio que reflexionar, dejarse arrastrar y zambullirse por el infinito océano literario, dejándose mecer por el delicado baile de las olas, las cuales iba arrastrando hasta su orilla palabras y más palabras que cobraban sentido, señales escritas en las hojas de espuma coloreada por toda la gama tintada de azules infinitos.

Al igual que los personajes de Murakami caminaban hacia el oeste del sol..."[...]A fuerza de mirar, día tras día, cómo el sol se eleva por el este, cruza el cielo y se hunde por el oeste, algo, dentro de ti, se quiebra y muere. Y tú arrojas el arado al suelo y, con la mente en blanco, emprendes el camino hacia el oeste. Hacia el oeste del sol. Y sigues andando como un poseso, día tras día, sin comer ni beber, hasta que te derrumbas y mueres. Esto es lo que se llama histeria siberiana[...]", ...también,  hacía tiempo que ella danzaba hacia el oeste y en su vagar, también, algo dentro de ella se iba muriendo,  sentía mudar su piel, abandonándola y dejándola atrás, para siempre.

Emprender rumbo hacia el oeste del sol o al sur, al este o al norte.  Y en la larga travesía siberiana, no sabía que le podría deparar al llegar a la frontera... Pero, en su afán por continuar y seguir, intentaría vencer a la histeria, se dejaría la piel, podría morir de sed, de hambre, de calor, de frío, de cansancio, de... Pero, no se dejaría vencer. No se abandonaría a morir, ni arrojaría su arado sin más.

1 comentario:

  1. así me gusta.
    Nunca arrojar el arado. Llegarás a la frontera y saldrás victoriosa de la batalla contra la histeria siberiana...

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