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martes, junio 1

Limpieza de armarios

Un intenso dolor le ocupaba su cabeza, era debido a las altas temperaturas que se habían instalado y acomodado ya en su ciudad, cuarenta grados es demasiado para ser mayo aún, pero lo peor estaba todavía por llegar.
Tuvo que dar un paso al frente y salir del estado estanco de hastío en el que se encontraba y del que necesitaba escapar con urgencia. Tenía que embestir y agarrar los cuernos, hacerle frente de una vez por todas. Tenía que hacerle una visita a los recuerdos, a los espacios, a los enseres, a los olores, a los colores, a los sabores,..que habían ocupado un lugar importante en el rinconcito de su corazón. Tenía que despedirse de un mundo que ya se quedaba atrás irremediablemente y que  cada vez le resultaba más lejano. 
Gracias a su ángel pudo hacerlo acompañada y de su mano, si no le habría resultado tan duro como subir un ocho mil. Limpiar los recuerdos, quitarles el polvo acumulado por el paso del tiempo, desempolvar, a veces viene bien para hacer recapitulación y sobre todo, limpiar los armarios para ir liberando espacios, sacar lo antiguo y dejar entrar a lo nuevo, era su nueva terapia. 
Desde su serena tristeza contempló la estampa de como palabras cinceladas desde lo más profundo del alma, se tenían que quedar para siempre bajo un mugriento y mal oliente cubo de basura, no hubiera deseado ese final nunca para ellas.  Al menos, tenía la esperanza de que a aquel hombre, que rebuscaba tesoros entre los desperdicios deshechados, le vendría bien los desalojados enseres que a ella ya no le servirían para nada.

3 comentarios:

  1. exacto. algunas cosas ya no sirven para nada.
    hay que vaciar para llenar

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  2. Eso es, el reclicaje está de moda ¿no? Seguro que alguien le encontrará más utilidad, tú ya lo has exprimido al máximo.
    María

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  3. Ea, pues ahora a colgar nuevos recuerdos en las estanterías y nueva moda en los armarios....

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