Mi lista de blogs

lunes, junio 20

Historia de una Hache que cada vez quería ser más autista

Asombrada  por tanta mediocridad aderezada de estupidez y demagogias simplistas que se cocinaban a su alrededor, lo único apetecible ya para ella era sacar su caparazón del desencanto  y esconder los cuernos, ya sin luz artificial en el interior de las espirales infinitas. Habitar en un plano no inclinado y de un sólo nivel, que al menos fuera condimentado con sabor duradero de autenticidad y   prolongada intensidad. 
Hastiada se hallaba de vocales que no emitían sonido, ni siquiera para sonreír, ni siquieria para agradecer, ni siquiera para vislumbrar algún tipo de "feeling" vital... y sólo se limitaban a proyectar ruidos sordos y vacíos insertados de nadas primitivas que denominaban poca o ninguna evolución, gestos grotescos y burdos anclados a épocas ancestrales y rudimentarias. 
Necesitaba esquivar a toda costa  letras insípidas e insulsas, que al contacto con otras de la misma grafía, incluso, intensificaban aún  más su insustancial y neutral conversación.
Todo ese mundo de alfabeto danzando en lo vulgar y trivial le resultaba tan ajeno, que sólo le devolvía a componer sentimiento de pasividad y apatía, que cada vez tenía más tintes de auto evasión y caparazón, y como buena Hache además de tener carácter de mutismo, haría mudanza al mundo de los autismos sibaritas, de la exquisitez bien condimentada con aderezos bien seleccionados de gourmet, aún a costa del alto coste.

1 comentario:

  1. Parece que estamos en sintonía, pero por nuestro bien, la H tiene que dejar de ser autista. Imaginemos que somos árabes.

    ResponderEliminar